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Un Llamado a Restaurar y Proteger Nuestros Ecosistemas Costeros

Un Compromiso con el Planeta
Cada 17 de septiembre, el mundo se une para conmemorar el Día Mundial de las Playas y el Día Mundial de la Limpieza, una fecha en la que miles de personas alrededor del globo se movilizan para limpiar costas, ríos y calles. Sin embargo, este día va más allá de simplemente recoger basura; se trata de una oportunidad para reflexionar sobre nuestra relación con la naturaleza y el impacto que nuestras acciones tienen sobre ella. En las comunidades costeras y en los territorios que dependen de ecosistemas vitales como los manglares, se pone en práctica un conocimiento ancestral que ha logrado, durante generaciones, mantener un equilibrio entre la vida humana y la biodiversidad. La contaminación por plásticos y otros residuos es un desafío moderno que amenaza con romper este delicado balance, exigiendo un enfoque basado en la conservación, la educación y la acción colectiva.

Manglares y Conocimientos Locales: Un Escudo Verde Contra la Contaminación
Los manglares, esos bosques que parecen brotar de la intersección entre la tierra y el mar, son barreras naturales que protegen las costas de la erosión y las tormentas. Además, son el hogar de innumerables especies de fauna y flora, y actúan como sumideros de carbono, jugando un papel crucial en la mitigación del cambio climático. Sin embargo, estos ecosistemas están bajo amenaza constante debido a la acumulación de residuos, en especial de plásticos.

Investigaciones recientes revelan que en los manglares del Pacífico colombiano, la acumulación de plásticos y microplásticos es alarmante. Daniela Vásquez Molano, ingeniera ambiental, reporta que en áreas como la Bahía de Buenaventura se encuentran en promedio 21 partículas de microplásticos por kilogramo de sedimento. Esta contaminación no solo afecta la salud de los manglares, sino que también pone en riesgo las tradiciones y modos de vida de las comunidades locales, quienes han dependido históricamente de estos bosques para su subsistencia.

Los conocimientos indígenas y locales (CIL) han sido fundamentales para mantener la salud de estos ecosistemas durante siglos. En muchas comunidades del Pacífico, se practican técnicas de recolección de recursos naturales que minimizan el impacto ambiental y promueven la regeneración del ecosistema. Sin embargo, el creciente problema de los residuos plásticos requiere una adaptación y expansión de estas prácticas tradicionales, combinándolas con herramientas tecnológicas y acciones colectivas que permitan abordar esta amenaza moderna.

El Plástico, un Enemigo Invisible pero Persistente
El plástico tiene la capacidad de infiltrarse en los ecosistemas de formas imperceptibles, pero devastadoras. En los manglares, estos residuos no solo se acumulan en la superficie, sino que también se entierran en capas profundas de sedimento, afectando las raíces de los árboles y su capacidad para acceder a oxígeno. Las especies de manglar, como la Avicennia marina, dependen de sus raíces aéreas para respirar durante la marea alta, pero cuando estas raíces se obstruyen con plásticos, el árbol comienza a asfixiarse.

El impacto de los microplásticos es especialmente preocupante. Estudios realizados en manglares de Colombia muestran que los bosques con mayor densidad de árboles acumulan hasta un 104% más microplásticos que los bosques menos densos. Esto se debe a la reducción en la velocidad del agua que retiene sedimentos y plásticos. Estos diminutos fragmentos de plástico no solo amenazan la salud de los manglares, sino que también representan un riesgo para la vida marina, la fauna y, eventualmente, para la salud humana.

Los CIL ofrecen perspectivas únicas para combatir este problema. Las comunidades que viven cerca de los manglares han desarrollado prácticas de manejo sostenible que pueden integrarse con tecnologías modernas para el monitoreo de residuos. En Bauen Project, hemos implementado herramientas de monitoreo comunitario que permiten identificar la cantidad, tipo y origen de los residuos plásticos en áreas específicas. Esta información es vital para diseñar estrategias de manejo de residuos que respeten y potencien las prácticas tradicionales, fortaleciendo la capacidad de las comunidades para conservar sus territorios.

La Acción Colectiva como Respuesta a la Crisis Ambiental
El Día Mundial de la Limpieza no es solo un acto simbólico; es una oportunidad para que individuos, organizaciones y comunidades se unan en una causa común: la restauración de nuestros ecosistemas. Sin embargo, para que estas acciones sean verdaderamente efectivas, deben estar enraizadas en la comprensión profunda de las realidades locales y en el respeto por los conocimientos ancestrales.

En la costa norte del Chocó Biogegráfico, estudios muestran que la restauración de manglares es prácticamente imposible sin una mejor gestión de residuos. De manera similar, en Colombia, la protección de los manglares en lugares como en Bahía Solano y Nuquí requiere un enfoque holístico que aborde tanto la reforestación como la reducción de la contaminación. Las comunidades locales han demostrado ser aliadas esenciales en estos esfuerzos, pero necesitan apoyo económico y logístico para hacer sostenible su labor. El costo de la gasolina y la falta de infraestructura para el manejo de residuos son obstáculos que deben superarse mediante la cooperación entre sectores y el apoyo a iniciativas comunitarias.

El fortalecimiento de las redes comunitarias y la integración de sus conocimientos con tecnologías modernas es clave para enfrentar la crisis ambiental. Las jornadas de limpieza son solo un primer paso. Es necesario implementar programas de educación ambiental que empoderen a las comunidades y a los ciudadanos para que comprendan el impacto de sus acciones cotidianas y adopten un estilo de vida más sostenible.

 


El Día Mundial de las Playas y el Día Mundial de la Limpieza nos recuerdan que la conservación es una responsabilidad compartida. No se trata solo de limpiar los residuos visibles, sino de transformar nuestras relaciones con la naturaleza y reconocer la sabiduría de las comunidades que han sido guardianes de estos ecosistemas durante generaciones.

En Bauen Project, creemos que es posible construir un futuro en el que la tecnología y los conocimientos indígenas y locales trabajen de la mano para restaurar y proteger nuestros territorios. Al adoptar una visión que combine la acción local con la conciencia global, podemos crear soluciones sostenibles que aseguren un planeta saludable para las generaciones futuras.

Hoy, te invitamos a reflexionar sobre el impacto de tus acciones y a unirte a la causa. Ya sea participando en jornadas de limpieza, apoyando a las comunidades locales o adoptando hábitos más sostenibles, cada gesto cuenta. Al fin y al cabo, la salud de nuestras playas, manglares y océanos depende de todos nosotros. 🌍🌱