Técnicas de restauración en el Páramo del Sumapaz
Nuestra visión en todos los proyectos de conservación de la biodiversidad y restauración ecológica es la misma: habitar desde prácticas de cuidado. Esto significa que cada acción, desde la siembra hasta el diseño de un ecosistema, debe ser intencional, respetuosa y sustentada en el conocimiento. Por eso, al abordar un proyecto de restauración ecológica, nuestro primer y más crucial paso no es la siembra, sino el diagnóstico. Es aquí donde la reflexión teórica se encuentra con la acción práctica, permitiendo una visión unificada y un impacto medible y sistémico.
El trabajo de nuestra línea estratégica Hábitats Tropicales, enfocado en restaurar ecosistemas de alta complejidad como los de alta montaña, comienza con una inmersión profunda en el territorio. No se trata de intervenir al azar, sino de leer el paisaje, comprender su historia y sus luchas. Este enfoque es el que nos permite pasar del saber a la acción con la coherencia y seguridad de quien entiende su propósito.
La lectura del territorio: fisionomía y botánica
El punto de partida para cualquier proyecto de restauración es un diagnóstico integral. A través de metodologías como el diagnóstico fisionómico y el RAP florístico, establecemos las bases para una intervención efectiva. El diagnóstico fisionómico es el proceso de entender la estructura del paisaje en su estado actual. Se examina la historia del uso de la tierra, la proximidad a los bosques existentes y el grado de degradación. Por ejemplo, en la fase piloto del proyecto de conservación biocultural del páramo del Sumapaz, realizado en la vereda Alto del Cabra, en Soacha, caracterizamos un predio de 6.79 hectáreas que había sido degradado por actividades agrícolas y ganaderas. Este análisis nos permitió reconocer que, si bien la zona estaba transformada, se encontraba dentro de la zona de influencia de un ecosistema de alta montaña que sería nuestro referente.
A la par, el RAP florístico (Rapid Assessment Procedure) nos permite identificar las especies nativas que aún persisten en el territorio. Este proceso, que en nuestro piloto se realizó con el apoyo de semilleros y en diálogo con el conocimiento local, busca generar una lista de especies más completa por zonas y estimar sus abundancias relativas. A través de un intercambio de saberes con conocedores locales, documentamos nombres locales, usos tradicionales e indicadores ecológicos. Estas especies son la memoria biológica del lugar y su estudio es clave para entender qué tipo de plantas son resistentes y están adaptadas a los disturbios locales, integrando la visión científica con la sabiduría del territorio.
A partir de este inventario, clasificamos las especies según su función ecológica, reconociendo el rol de cada una en el proceso de sucesión natural. A continuación, algunas de las especies clave que identificamos y trabajamos en nuestro piloto:
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Mortiño (Hesperomeles goudotiana): Un arbusto o árbol pequeño que se encuentra en bosques montanos y páramos. Es una especie pionera que crece en diversas condiciones de luz, tolerando la exposición solar y estableciéndose en suelos pobres. Sus frutos sirven de alimento para la fauna, facilitando la dispersión de semillas.
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Garrocho (Viburnum sp.): Este arbusto o árbol pequeño se distribuye en regiones de alta montaña y prefiere ambientes húmedos. Como especie pionera, es fundamental para la recuperación de suelos y la provisión de hábitat, incluso en bordes de bosque.
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Chilca (Baccharis latifolia): Un arbusto perennifolio común en bosques andinos y páramos de Sudamérica. Es una especie pionera adaptada a suelos húmedos de montaña, que contribuye a la fijación de suelos y los procesos sucesionales.
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Cucharo negro (Myrsine guianensis): Un árbol o arbusto mediano que crece en bosques tropicales y montanos. Es una especie pionera adaptada a diversos tipos de suelos (arenosos, arcillosos o pobres) y tolerante a la sequía, lo que la hace ideal para sitios segradados.
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Granizo de páramo (Hedyosmum luteynii): Arbusto o árbol pequeño perenne que prefiere la sombra parcial y los suelos ricos en materia orgánica. Es una especie de enriquecimiento que, en el sotobosque, aporta a la complejidad estructural y funcional del ecosistema.
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Agraz (Vaccinium floribundum): Un arbusto perennifolio de los páramos y bosques montanos andinos. Como especie de enriquecimiento, tolera heladas nocturnas y vientos fuertes, y sus frutos son una fuente de alimento para la fauna, lo que contribuye a la biodiversidad.
Estas especies fueron seleccionadas no solo por su resistencia, sino por su capacidad para colaborar entre sí y con el ecosistema circundante, creando un andamiaje biológico que permita la restauración a largo plazo.
El diseño de la restauración: de la teoría a la estrategia
Una vez comprendemos el territorio, diseñamos la estrategia. No existe una solución única para todos los proyectos. La elección de la técnica de restauración debe ser un acto de lógica sólida, considerando el nivel de degradación del suelo, la presencia de especies invasoras y los recursos disponibles.
En Bauen Project, priorizamos estrategias que imitan la sucesión biológica natural. La nucleación aplicada, por ejemplo, es una técnica que acelera la recuperación de los bosques al plantar pequeños núcleos o "islas" de árboles en lugar de sembrar toda el área. Esto es especialmente útil en áreas donde ya existe un potencial de recuperación natural, pero el proceso es lento. La nucleación crea microclimas favorables y atrae dispersores de semillas, lo que impulsa la regeneración del entorno.
Para la fase piloto del proyecto de conservación biocultural del páramo del Sumapaz, implementamos un diseño híbrido y adaptativo. La siembra se realizó siguiendo un sistema de franjas para cubrir el 50% del área y dejar el otro 50% para la recolonización natural (restauración pasiva). Esta decisión fue clave para reducir el riesgo, los costos y permitir que la naturaleza hiciera parte del trabajo. Dentro de estas franjas, se plantaron los individuos en núcleos, que son grupos de dos especies pioneras con una de enriquecimiento (proporción 2:1), separados por 1.5 metros. Este diseño garantiza una alta densidad de plantación inicial en puntos clave, al tiempo que deja espacio para la dinámica natural del ecosistema.
Adicionalmente, en una parcela específica, probamos el método Miyawaki, que se basa en la siembra de individuos a una densidad mucho más alta que la de la siembra tradicional de restauración. A diferencia de las plantaciones homogéneas, el método Miyawaki busca la siembra de especies nativas de diferentes estratos (árboles, arbustos, herbáceas) muy cerca unas de otras. Esta competencia acelerada por la luz fomenta la creación rápida de un dosel y la formación de un microbosque diverso y resiliente. La densidad de siembra en esta parcela fue tres veces mayor que en el resto del proyecto. Aunque la siembra densa uniforme en toda el área se considera de alto riesgo y costosa, la implementación de un pequeño piloto de Miyawaki nos permitió evaluar su efectividad en un contexto real de alta montaña.
El futuro: consolidación y expansión
El diagnóstico y el diseño inicial solo marcan el comienzo. El verdadero valor de nuestro trabajo reside en el monitoreo multianual y la gestión adaptativa. Después de la siembra de 5,000 individuos en la vereda Alto del Cabra, instalamos parcelas de monitoreo para evaluar la evolución del ecosistema. Estas parcelas nos permiten comparar el desarrollo de la vegetación plantada con un bosque natural de referencia y una parcela testigo sin intervención. También tomamos muestras de suelo para establecer una línea base robusta y medir cómo la restauración mejora la salud del sustrato con el tiempo.
Mirando hacia el futuro, nuestro objetivo es consolidar este piloto como un modelo a seguir. Esto implica no solo continuar con los mantenimientos y monitoreos, sino también integrar de manera activa las iniciativas locales de conservación en la cadena de valor del proyecto. La elaboración de un Catálogo Florístico Detallado es un producto a largo plazo, con una proyección de 6 a 9 meses o más, que requiere un trabajo riguroso de colecta, secado e identificación taxonómica en alianza con instituciones como el SIB. Este catálogo permitirá ampliar nuestra línea base con criterios de diversidad biológica y cultural.
La restauración ecológica es una maratón, no una carrera de velocidad. Cada diagnóstico, cada siembra y cada medición son un acto de cuidado que nos acerca a nuestra visión de un futuro en el que el habitar y el territorio están en armonía. Buscamos hacer posibles las luchas por el buen vivir, posicionando las prácticas de cuidado como la estrategia de conservación más efectiva.
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